- ¡Dios! ¡Cómo me gustaría dejar de pensar boluda! Tengo un serio problema, creo que a vos también te pasa: Me maquino por todo, por todo. O no sé, aunque esté enojado por algo en lo que sí tengo razón, no puedo darlo por sentado y pensar en otra cosa.
- Es verdad, es como que sentís una sola cosa a la vez y te concentrás en eso. O sea, es tanto lo que nos maquinamos que nos ocupa todo. Pero no se puede evitar. Te entiendo.
- Me tranquiliza que me entiendas. Es horrible, ¿viste? Me gustaría poder olvidarme de las cosas rápido.
- Mal.
(Me tranquiliza que me entiendas, me tranquiliza saber que no soy el único obsesivo suelto por ahí.)
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