Porque hay noches en las que sé que en el instante en el que que me apoye en la cama, no voy a caer dormido. No, no voy a poder dormir, porque en lugar de eso, voy a estar pensando. Y de noche, entre la oscuridad, entre el silencio, y entre la calma, es cuando aquellos pensamientos que incansablemente intentamos alejar durante el día, disfrutan de hacerse ver, de hacerse escuchar a gritos, y de agitarnos.
Siempre podés imaginar que te abrazás a vos mismo dado que no estás solo sino que somos seres duales, cuerpo y alma, no hablo de algo religioso sino que tal cosa existe, pensá a la par que te tenés a vos mismo y siempre abrazar a la almohada es una cosa que ayuda a calmar a los corazones turbados.
ResponderEliminarSi te querés reir, pienso en diagonales (calles en diagonales, no, no miento) para dormir, me calma, algunos cuentan ovejas, yo estoy desquiciado jaja.
Entiendo, me pasa algo parecido. Muchas veces no quiero acostarme porque se que si me duermo voy a soñar y mis sueños son dolorosos, dolorosos por felices realizaciones de cosas irrealizables y también pesadillas como las de todo el mundo. Sin embargo creo que todo es para bien, incluso esos pensamientos que querés evitar, ese encuentro que en realidad es extremadamente útil y mágico que es consultar las cosas con la almohada es necesario. Porque si no nos detenemos a reflexionar nunca vamos a poder desenredar lo que nos aflige y seguir adelante.
ResponderEliminarY de yapa descubro lo de las diagonales ! -sin palabras- jaja