aunque nadie lo crea;
y aunque a veces, por miedo,
yo no quiera creerlo;
a mí también me gustaría.
Me gustaría
hacerla corta.
Que todo fuera más fácil.
Mucho más fácil.
Y que tu corazón que late fuerte
no lata más por mí,
si yo ya no lato con él.
Y que tu corazón que late fuerte
lo acepte,
que lo aprenda,
o que alguien se lo enseñe:
que puede latir por alguien más;
y que puede latir más fuerte todavía.
Y me gustaría que no me pidas que te odie.
Latimos mucho tiempo juntos.
A destiempo, pero juntos.
Y aunque ya no puedo quererte,
tampoco puedo odiarte.
Y no podés esperar que lo haga.
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