Ella era el combustible que mantenía a la familia funcionando. Fue lo que todos notaron luego del día en el que falleció. Disfuncional es una palabra muy chica para describirlos ahora. Su muerte marcó la decadencia, y permitió que la realidad saliera a flote.
Ella era mucho más de lo que aparentaba ser; mucho más fuerte de lo que todos creían que era.
Cada persona que la conoció, y que lo conoció a su esposo, se preguntaba cómo hacía para aguantar. "No aguanta, es que no se anima a dejarlo". "No tiene carácter". Quizás no tuviera carácter. Quizás no se animara a dejarlo. Quizás todos tuvieran razón, y no tenía la fuerza suficiente para acabar con esa situación. Tuvo mucha más fuerza para aguantarla. Para soportar, sobrellevarlo, sobrevivir cuando todo se le venía encima.
¿Cuál era su combustible? quién sabe. Quizás los amaba demasiado a todos para dejar que su mundo de fantasía se viniera abajo.
Puede que no haya sido el mejor camino el que eligió, pero era el único que conocía, habiendo nacido tantas décadas atrás, habiéndose criado con la idea de que las mujeres debían servir.
No sirvió, hizo mucho más que eso: dio amor. Lo dio en caricias, en comidas, en cantos, en charlas, en retos, en abrazos, en besos, en infinidad de gestos; y en sumisión.
Tuvo muchísima fuerza, porque lo que más le importaba era la familia. Era su familia. Y por ellos resistió, y lucho.
Cuando sus huesos no resistieron más, y tuvieron que internarla, fui a visitarla. Postrada en la camilla, apenas podía abrir los ojos. Y cuando la enfermera le trajo el almuerzo, recuerdo que me dijo "Come amorcito, si vos no comés, yo no como".
Ella era mucho más de lo que aparentaba ser; mucho más fuerte de lo que todos creían que era.
Cada persona que la conoció, y que lo conoció a su esposo, se preguntaba cómo hacía para aguantar. "No aguanta, es que no se anima a dejarlo". "No tiene carácter". Quizás no tuviera carácter. Quizás no se animara a dejarlo. Quizás todos tuvieran razón, y no tenía la fuerza suficiente para acabar con esa situación. Tuvo mucha más fuerza para aguantarla. Para soportar, sobrellevarlo, sobrevivir cuando todo se le venía encima.
¿Cuál era su combustible? quién sabe. Quizás los amaba demasiado a todos para dejar que su mundo de fantasía se viniera abajo.
Puede que no haya sido el mejor camino el que eligió, pero era el único que conocía, habiendo nacido tantas décadas atrás, habiéndose criado con la idea de que las mujeres debían servir.
No sirvió, hizo mucho más que eso: dio amor. Lo dio en caricias, en comidas, en cantos, en charlas, en retos, en abrazos, en besos, en infinidad de gestos; y en sumisión.
Tuvo muchísima fuerza, porque lo que más le importaba era la familia. Era su familia. Y por ellos resistió, y lucho.
Cuando sus huesos no resistieron más, y tuvieron que internarla, fui a visitarla. Postrada en la camilla, apenas podía abrir los ojos. Y cuando la enfermera le trajo el almuerzo, recuerdo que me dijo "Come amorcito, si vos no comés, yo no como".
siempre me pregunto cuando veo una foto en que pensaba? intentar saber que era lo que se le cruzaba por la cabeza, y en este caso me pregunto, que pensaria? si soñaba con casarse de blanco, en tener hijos, si muchos o pocos, con tener su casa, estudiar, las ilusiones que envuelven la vida de cada uno, los deseos, la esperanza de un ser feliz, si se imaginaba la cara de sus nietos? De jugar con ellos , vaya uno a saber que pasaba en ese instante , mientras posaba para la foto, imagenes de hoy con recuerdos que son para toda una vida.....
ResponderEliminarAme la nota, y el remate del final